La actual campaña electoral que se lleva a cabo en México, en Yucatán específicamente, es histórica, no solamente por el gran numero de candidatos a diputados locales, sino porque se ha hecho presente en toda su plenitud el cinismo, el Clero para variar, el chapulineo, la herencia familiar y los repetidores en los cargos públicos que están en juego.
Vemos el cinismo en los aspirantes a un puesto de elección, que se dicen "indígenas" aunque tengan la sangre azul o curtida por el sol ardiente del Medio Oriente, pero con todo eso el INE o el IEPAC alcahuetes árbitros electorales, aceptan sus inscripciones; personajes que con un cinismo espantoso se dicen representantes de la Comunidad LGBTI+, aunque sean casadas o casados y con hijos. No les importa que puedan ser criticados con índice de fuego por grupos homofóbicos y dañen a sus familias, tienen sed de poder.
El Clero no podía dejar pasar esta histórica campaña electoral 2024 y a través de sus diferentes voceros, que incluyen a curas, obispos y monjas, hacen proselitismo por los candidatos del partido con el que comulgan y exhortan a los feligreses a "pensar y razonar muy bien su voto, para que México no caiga en una dictadura o en el Comunismo". Lo vimos con el Compromiso por la Paz que promovió la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y que signaron los candidatos a la presidencia de la República Xóchitl Gálvez (de la Coalición Fuerza y Corazón por México); Claudia Sheinbaum (de la alianza Morena-Pt y Pvem) y Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano (Mc).
Vemos también a los chapulines, en Yucatán es una plaga, como los chapulines renunciaron a sus partidos el PRI, el PAN y el cadavérico PRD, ya próximo a perder su registro y se pasaron como ratas de un barco que se hunde al partido Morena, con la esperanza de encontrar un hueso. La misma desbandada se dio hace unos años en el PRI cuando numerosos priistas renunciaron al tricolor y se afiliaron en manada a Movimiento Ciudadano siguiendo el llamado de su jefa la ex gobernadora priista Ivonne Ortega.
Y asombra también en esta histórica elección del 2024 en Yucatán el gran número de repetidores en cargos públicos o de otros políticos y políticas que dejan de herencia el cargo, especialmente las presidencias municipales, al esposo, a la esposa o a un pariente, para seguirse repartiendo en familia el botín municipal como en Tekantó.
Hay que ser observador de estas históricas elecciones del chapulineo, el cinismo, los cargos públicos heredados y estos patriotas incansables servidores del pueblo y de la Nación que buscan la reelección.
Imagen de redes (Firma del compromiso de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez).
DAVID BARRERA CANTO.- 21 de marzo de 2024.-