En numerosas ocasiones, siendo presidente de México Enrique Peña Nieto, dijo enfáticamente que "la corrupción era parte de la cultura del Mexicano", esto se une a muchos dichos populares mexicanos como "el que no transa no avanza", el "de político pobre es un pobre político" y el "de yo no quiero que me den sino que me pongan donde hay".
Recuerdo que en un foro mundial sobre economía efectuado en Quintana Roo, Peña Nieto aseveró: "La corrupción es un asunto de de orden a veces cultural, que es un flagelo de nuestras sociedades especialmente las latinoamericanas". Y Peña Nieto no se sonrojaba al decir esto, ni se sonrojó cuando se vio envuelto en un numerosos casos de corrupción, entre ellos la OHL (la empresa española de construcción), en que se le involucra también al hoy Morenista y pariente del ex presidente mexicano Alfredo del Mazo y Emilio Lozoya, quien fuera director de Pemex, saqueada por numerosos gobiernos. En estos casos de corrupción se han mencionado a senadores y diputados federales panistas como Ricardo Anaya, quien estuviera prófugo de la justicia mexicana y hoy es senador plurinominal del PAN. Para cocinar estos actos de corrupción que han asqueado a los mexicanos, que están hasta el fastidio de la corrupción, se necesitaron a los partidos políticos PRI, PAN y PRD (aunque este último que fue letrina de la corrupción, perdió su registro).
La corrupción que según Peña es parte de la cultura del mexicano y que según opinaron destacados antropólogos entrevistados por el que esto escribe, "es otra nefasta herencia que nos trajeron los españoles" y ha permeado entre los funcionarios en Yucatán.
Han sido acusados numerosos alcaldes y alcaldesas de nuestra entidad, por abusos de autoridad, malos manejos, "obras fantasmas", saqueo a las arcas municipales y numerosos delitos más. Ex funcionarios han sido mencionados como presuntos corruptos pero están impunes.
Se habló de justicia no de persecución política, pero no se ve justicia ni la persecución, sino una completa impunidad tan asquerosa como la corrupción misma.
Entre los acusados por las actuales autoridades de presunta corrupción figuran los ex alcaldes de Tekax Diego Ávila Romero; de Ticul, el hoy diputado panista Rafael Montalvo Mata, quien no cumplió a su pueblo la palabra empeñada; la de Teabo, la ex priista y ex panista Fabiola Loeza Novelo, premiada como directora del INDEMAYA, un suculento botín según decir de varias fuentes; el ex alcalde de Oxkutzcab, ex perredista; la ex alcaldesa de Hunucmá, el ex alcalde de Celestún, y las ex alcaldesas de Espita, de Tinum y muchas y muchos más, hay algunos funcionarios y funcionarias, que esperemos alcalce la larga mano de la justicia.
Otra enfermedad de los funcionarios y funcionarias es que cuando llegan al poder se les sube a la cabeza, se sienten dioses y diosas, que no olviden que mientras más alto, más fuerte caen. La impunidad rampante, anda en Yucatán campante.
David Barrera Canto.- Mérida, Yuc., enero 26 de 2025
