La imposición de candidatos los llevó a la derrota de sus partidos

Mérida, Yucatán, a 16 de abril de 2025.- Desde la época de Víctor Cervera Pacheco, cuando el candidato de éste a la gubernatura, Orlando Paredes Lara, fue derrotado por el panista Patricio Patrón Laviada, hasta Mauricio Vila, sólo un titular del ejecutivo estatal en turno, ha podido darle continuidad a su partido en dicho cargo.

Ni Cervera Pacheco, ni Patricio Patrón, ni Rolando Zapata y tampoco Mauricio Vila, pudieron heredar a su partido la máxima silla de la política en Yucatán.

Con Cervera Pacheco, que gobernó la segunda vez de 1995 al 2001, la decisión de postular del Abogado Orlando Paredes Lara ante la popularidad en ese entonces de Patrón Laviada hizo que sucediera lo nunca pensado hasta ese momento, que el PRI perdiera el gobierno del Estado y la cediera la estafeta al PAN.

Ya en la silla grande, Patricio Patrón Laviada (2001-2007), se empecinó en dejar como sucesor a Xavier Abreu, un gris candidato, y dejar a un lado a una poderosa, en ese momento, Ana Rosa Payán Cervera, quien traicionó, por primera vez al PAN, y apoyó a una candidata “populachera” del PRI, Ivonne Ortega Pacheco, quien venía de perder las elecciones al Senado de la República, y logró remontar una gran diferencia, al hacer unidad dentro del priismo con todos los sectores y liderazgos del tricolor, lo que le llevó a recuperar la silla de la 60 y gobernar del 2007 al 2012.

Al momento de la sucesión de ésta, pareciera que ella sí aprendió la lección, y aunque su preferida era Angélica Araujo, quien había recuperado para el PRI la capital del Estado, al final se decantó por Rolando Zapata, quien tenía el control de las estructuras internas, y con ello, la mayor simpatía, lo que a la postre los llevó a ratificar el triunfo del tricolor nuevamente a nivel estatal para gobernar del 2012 al 2018.

Llegó el momento del cambio de Zapata Bello, quien desde mucho antes, dejó, sin tener reglas mínimas, que los aspirantes internos se lanzaran a buscar la nominación, Liborio Vidal, Mauricio Sahuí, Roberto Rodríguez, Jorge Carlos Ramírez y uno que otro más, lo que causó una gran división, que al momento de definirse el PRI por Mauricio Sahuí, candidato gris, sin carácter y sin estructura interna, llevó al tricolor a una derrota en las urnas, ante el carisma y popularidad de Mauricio Vila y las traiciones de muchos grupos al interior del priismo.

Con Mauricio Vila (2018-2024), parecía que el cambio sería tranquilo para ellos, ya que venía de haber arrasado en la elección intermedia, pero la división interna, entre él y Renán Barrera, llevó al primero a cometer errores, apoyando internamente con toda la estructura burocrática del gobierno estatal a Liborio Vidal, quien tenía el antecedente de haber sido priista y traicionar a estos en varias ocasiones, lo que a mucho panistas no le agradó. Una vez que fue ungido Renán Barrera por al CEN del PAN, las heridas ya estaban abiertas y no hubo proceso de cicatrización, lo que los llevó a una derrota escandalosa ante el tsunami guinda y la popularidad y trabajo de territorio de años de su candidato, Joaquín Díaz Mena.

No solo las malas decisiones en los procesos de elección de candidatos han llevado a estos partidos a ser derrotados, también las traiciones internas de sus grupos, y de igual manera, los caprichos y actitudes de los ungidos, quienes en muchas ocasiones, ya se sentían ganadores e incluso repartían cargos dentro del Gobierno antes de tiempo.

En el 2030 … ya veremos.